Después de unas tres semanas, los huesos de naranjas cachorreñas del árbol que hay en mi calle, han comenzado a germinar.
Les quité con cuidado la cáscara dura a los huesos, los envolví en una servilleta húmeda y a su vez liados en papel de plata, para que conservasen la humedad.
Echan una raíz y un tallo.
El más adelantado en su crecimiento lo he traspasado a un vaso de plástico, con tierra, para que siga su desarrollo.
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