10/03/2017

Privilegios

Por las mañanas tengo el privilegio de tomar el desayuno en el patio, al aire libre, junto al jazmín que despliega sus flores blancas y perfumadas. Muy cerca del romero en flor y de la yerbabuena, siempre verde.
El silencio y la quietud, es interrumpida por los desvergonzados gorriones, que invaden el patio, en busca de las migajas de pan, y por el canto melodioso y aflautado del canario.
El azahar se asoma a las ramas del limón y del mandarino.
Las diminutas, hermosas y humildes florecillas de las plantas suculentas, ponen el  toque de color al desayuno.
Las plantas, rebozantes de vida, presienten la  llegada de la primavera.
Saboreo un zumo de naranjas y recuerdo que "he dormido contigo, toda la noche", como dice la canción de Manolo Guirado...
¡Qué más puedo pedir!

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