Ya
quedaste en paz.
Y en mí
un vacío.
Ya se oye tu risa, de nuevo, en el Molino de San Telmo, junto al rumor del agua entre margaritas y tréboles.
Corriendo con tus hermanas, María e Isabel, hacia el olivo
centenario, donde Salvador, tu hermano, permanece quieto, oyendo el canturreo
de un jilguero.
Tu padre amasa el pan y tu madre mueve, con la cuchara de
palo, el puchero en la lumbre.
Ya vuelves a reír.
Y yo contigo.
Concepción Alba Castro (3 Agosto 1925 - 14 Noviembre 2013)